20 de diciembre de 2015

CAJITA DE HAIKUS


Hoy comparto con vosotros este cuento de Elizabeth Segoviano que teatralizamos para los niños en nuestra visita al C.P. Joaquín Sorolla:




Tengo bajo mi cama una cajita de madera, mi abuelo y yo la adornamos con lunas y estrellas.
Todos los días escribimos algo en hojitas de papel, las doblamos con cuidado una y otra vez hasta que la hoja se convierte en una grulla de papel.
Mi abuelito dice que las guardemos en la cajita estrellada para que las grullas sueñen que vuelan en una noche dulce y callada, -Son para que los leas cuando estés triste o aburrido- dice mi abuelito sonriendo al ver que nuestra cajita casi se ha llenado.
Un día amaneció lloviendo tanto que casi no se veía el sol, yo estaba resfriado, adolorido y aburrido, entonces mi abuelito y yo sacamos la caja de abajo de la cama, él frotó sus manos y digo “¡SENZABURU! Entonces las grullas de papel salieron volando por toda la habitación, una a una venían a mí y se desdoblaban para que yo leyera los secretos que escribí.
Eran los dulces haikus que habíamos escrito mi abuelo y yo.

“Venus se ríe
Le cuento mis secretos
La noche calla.”

“Las tardes ocres
Huelen a chocolate
El viento canta”.

“El sol naranja
Se duerme conmigo
Soñamos juntos”.

“Gatos maullando
La luna se alegra
Los ratones no”.

“Lluvia fresca
Mi alma se alegra
Es primavera”.

“Gotas de luna
Brillan en mi ventana
Huele a tierra”.

“Silba el bosque
Magia en el aire
Me salen alas”.

Las grullas nos hacen cosquillas a mi abuelito y a mí, de repente la puerta se abre, es mi mamá que nos trae chocolate caliente y rollitos de canela con anís.
Las grullas se asustan y se dejan caer, mi abuelo y yo nos reímos, mamá nos dice que recojamos todos esos papelitos.
Mi abuelito y yo pasamos la tarde volviendo a doblar nuestras grullas para regresarlas a su cajita de noche estrellada, mientras, damos sorbitos al chocolate y guardamos entre las grullas recuerdos como el del día de hoy.


Elizabeth Segoviano

13 de diciembre de 2015

LAS MIL GRULLAS LLEGAN AL COLE





Desde que empecé a divulgar la historia de Sadako y la leyenda de las Mil Grullas siempre tuve claro que mi objetivo era, con el tiempo, trasladar el mensaje a los niñ@s en los colegios porque creo que ahí es donde reside el futuro y la verdadera inocencia de la no violencia y el sentimiento puro hacia la paz.

El día 11 de diciembre se cumplió parte del sueño: por primera vez se me brindó la oportunidad de entrar en contacto con los niñ@s (de entre 3 y 11 años de edad) del C.P. Joaquín Sorolla de Alicante. 





El evento se estructuró en varias sesiones según la edad de los niñ@s.

A los más pequeños se les ofreció un pequeño cuento japonés de forma teatrilizada y después les conté, suavizando mucho las palabras, la historia de Sadako y las Mil Grullas. Observé que los niñ@s se lo pasaban muy bien y que, si interactuábamos con ell@s, se les hacía más sencillo compreder conceptos como la solidaridad y la paz.

A los alumnos más grandes se les proyectó un vídeo de animación que narraba brevemente el drama de la explosión de la bomba A de Hiroshima y sus trágicas consecuencias para las personas y sobre todo para la salud de la pequeña niña Sadako. Al finalizar el vídeo, tuvo lugar una charla en la que los niños pudieron expresar sus opiniones acerca de la solidaridad y la paz.

Con grandes dificultades intentamos que pudieran plegar una grulla. Les proporcionamos el material y una hoja explicativa. Visto la complejidad de los muchos pasos que requiere plegar una grulla, hubo un poco de confusión (este es un aspecto a mejorar en futuras experiencias en los colegios), pero quedé muy satisfecho porque al menos con los niñ@s de sexto curso sí lo conseguimos.

Al final de cada sesión, en agradecimiento a la atención recibida, sorteamos entre los niños más mayores un móvil de grullas realizado por mí y regalamos a cada uno de los grupos de niños más pequeños una tira de grullas para que pudieran colgarla en sus aulas y recordaran cada día el mensaje de la paz. 






Otro objetivo fue el de recoger alimentos y productos higiénicos a favor Asociación ReAcción Solidaria. Los alumnos trajeron bolsas con varios productos que al final de la mañana hicieron una montaña: un verdadero éxito que nos permite ayudar a las personas más necesitadas. 

Agradezco a Lola Bueno Molina (presidenta de la Asociación ReAcción Solidaria) por hacerlo posible junto al AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) y a la Jefa de Estudios y a los profesores por habernos concedido todas las facilidades para que el acto se realizara con éxito. Doy las gracias también  a Emilio Alberola Martínez por haber puesto su voz al cuento japonés, a mi hijo Pablo Ceres Rodrigo por acompañar mis palabras y la representación teatral con la música de su flauta travesera y a una de las madres de los niñ@s (pido disculpas por no recordar su nombre) que participó en el teatro desinteresadamente. 

Esta campaña solidaria me impulsa a contradecir a aquellos que opinan que estamos saliendo de la crisis. Esto es solo una mentira más. La exclusión social y las disigualdades siguen aumentando en este país. ¿Será que están saliendo de la crisis los de siempre a costa de los más pobres y marginados por esta injusta sociedad? A pesar de la cruda realidad que nos rodea, ayer fue un día para la esperanza: en las miradas vivas de los niños podía traducirse la ilusión por un futuro más justo y solidario para todos.